(Exposiciones pasadas recoge mi colaboración realizada para la web de www.artedegaleria.com en 2012-2013)
Durante este julio, en la Galería
Antonio de Suñer nos encontramos con la exposición “De Benarés a Tombuctú” que
ofrece obras de Irene de Castro (Madrid, 1967). La artista ha realizado un
viaje a África y otro a India en donde se ha encontrado con realidades diferentes,
pero al mismo tiempo, muy similares; realidades evocadoras, que han sido
plasmadas en sus obras tal y como ella se las ha encontrado e imaginado.
En la muestra podemos observar distribuidas, en dos pisos, las obras. En la
planta superior observamos las gentes, el ambiente, la luz de África. Nos
encontramos con cuadernillos de viaje en donde ella toma unos interesantes
apuntes que, posteriormente, reflejará en cuadros de gran formato que dan
cuenta de la sinuosidad de las formas y la integridad del conjunto, donde nada
queda al azar, donde todo forma parte de la misma percepción y de la misma
naturaleza.
En la planta baja nos trasladamos con ella a la India, donde la luz
evocadora, las suaves formas y los paisajes de ensueño forman parte de su interés
artístico. El espectador se podrá adentrar en imágenes idílicas y oníricas de
la India tal y como la artista, o cualquiera con una mirada apasionada, pueda
observar.
Encontramos cuadros, donde los ocres, los azules y amarillos predominan, en
un variado conjunto de mundos lejanos, exóticos, oníricos... donde se
encuentran reunidas ciudades, puertos, calles exóticas que muestran el ambiente
predominante, los bosquejos de una realidad transformada por la mirada de la
artista, que conmueve, al mismo tiempo que transmite paz, serenidad, belleza,
magia, plenitud y energía.
Además de cuadros, vemos también que la artista pinta sobre piedras, así
como otros han hecho antes que ella, en las que utiliza (o no) la forma natural
del soporte para imaginar y soñar esos paisajes observados y transformados por
su ingenua mirada; la mirada de un niño que se descubre en y con el otro.