The Artist (2011)

"Señoras y señores, misión cumplida, el experimento ha funcionado".

Esta frase o una similar fue la que tuvo que pensar Michel Hazanavicius cuando vio estrenada su película en los cines. Eso mismo es: un experimento. Rodar una obra de estas proporciones en un momento como este es muy arriesgado. Se estrena en 2011, en blanco y negro, muda, francesa... , parece digna de un archivo especial de difícil clasificación en la filmoteca. Sin embargo esta obra está muy equilibrada y llega a contentar a todos por igual tanto a los que quieren diversión como a los que quieren romance, como a los que quieren reírse o  los que quieren soltar alguna lagrimilla de emoción o todo a la vez. ¿Por qué es esto así?
Uno de los factores que intervienen en ello es que la película juega en todo momento con la idea de lo viejo y lo nuevo. Superficialmente invita a comprender qué ocurría a finales de los años 20 con la aparición del sonido. Lo viejo es lo mudo, lo nuevo es el sonido. Muchos trabajadores de la industria cinematográfica que no supieron o quisieron adaptarse a lo nuevo se volvieron viejos y se oxidaron. Estaban pasados de moda.

Una mirada más atenta relaciona esa idea de lo viejo vs lo nuevo con el lenguaje formal de la película y la obra invita constantemente a reflexionar sobre ello. Uno de los ejemplos más notables es el uso del color en la película. Se supone que lo viejo es lo blanco y negro y lo nuevo es el color en HD. ¿qué hacemos en  2011 viendo una película en B/N?, ¿es por nostalgia? o ¿es quizás por algo más?, ¿está pasado de moda?.

Lo mismo ocurre con el silencio y la palabra. Acostumbrados, como estamos, a oir ruidos constantemente, el silencio nos  retrotrae a una época que ya pasó. Lo nuevo es la palabra, lo viejo es el silencio. ¿Cuántas veces se nos hace incómodo estar en silencio, verdad? 

Otra mirada más allá hace que la película apele a nuestras vidas directamente. ¿Estamos oxidados?, ¿vivimos anclados en el pasado, como el personaje de Owen Wilson en Midnight in Paris de Woody Allen, o  estamos esperando un futuro más prometedor?. Personalmente creo que la película invita a vivir el presente con ilusión y como lo único que tenemos: el pasado ya pasó y el futuro no existe, necesitamos construirlo desde el presente. Los personajes de la película que edifican su presente consiguen triunfar a todos los niveles, los que no, quedan desfasados y sustituidos.

Dejando a un lado estas lecturas , volvamos a lo que hace de ésta una obra reseñable. ¿Por qué consigue esta película enganchar al espectador y hacerlo vibrar?

Porque el director narra una historia creíble con muy pocas palabras y mucha expresividad, con personajes carismáticos y sinceros que hacen que te enganches a ellos de forma instantánea. Ya que con pocos gestos (muy expresivos a veces) consiguen transmitir una emoción reconocible y hacer partícipe al espectador de lo que está viendo. Todo ello sin palabras, sólo usando el lenguaje corporal. Los actores protagonistas están espléndidos y el secundario John Goodman lo borda.

Otra de las cualidades del filme es la Banda Sonora. Toda la película está musicalizada. Se consigue en todo momento crear un  ambiente creible de años 20 que da un toque de autenticidad a  la narración. Cada canción, cada baile, cada silencio, está medido para conseguir que el espectador se inserte en el filme y comprenda y viva la historia que se le presenta.

Todos los recursos están dirigidos, en mayor o menor medida, a beneficiar a la narración que es el punto fuerte y el punto de mayor interés de la película.

En definitiva, si podéis id a ver la película al cine porque los contrastes y diferentes matices de luz  se aprecian mejor en pantalla grande. Si no podéis o preferís ver otras os invito a que os hagáis con ella, porque es cine en estado puro y no os arrepentiréis de verla. 

Ficha en imdb: The Artist






El título del blog hace alusión a la difusión, visionado y amor por las imágenes. Reflexionaremos sobre las imágenes, sobre películas, sobre el género (audio)visual en general.
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