Once Upon a Time in America fue la obra cumbre de Leone. Tuvo que salirse de sus desérticos y solitarios paisajes para meterse de lleno en una de las ciudades más ruidosas y pobladas del mundo: Nueva York.
Sigue fiel a su estilo: películas lentas con predominancia de las imágenes sobre el diálogo, emociones intensas y finales que humedecen los ojos, entre otras tantas que se me escapan.
La trama cuenta la historia de 4 muchachos de condición muy humilde que quieren, a toda costa, prosperar en la vida. Pero el quid de la película se encuentra en la relación amistosa de Max (James Wood) con Noodles (R. de Niro) con todos los entresijos y complicaciones que aparecen en la obra y que si no aparecen se imaginan.
Es una gran película que dura casi 4 horas, pero merece la pena verla de seguido y dejándose empapar por el ambiente del Lower East Side neoyorquino y del estilo de Leone. No puedo irme sin mencionar al director de fotografía (Tonino Delli Colli) y al compositor de la música (Ennio Morricone) que hacen que esta obra sea una masterpiece.
Es una película para reflexionar a cada momento y para poner el corazón en cada uno de los personajes que aparecen en ella: desde los más miserables (el mafioso Frankie), pasando por los secundarios (Deborah o Peggy), hasta llegar a los 4 amigos protagonistas. No te la pierdas.